Libro del Centenario RSCE

támenes de Europa, la Exposición de Madrid confir- maba su crisis suspendiendo su celebración en 1928, por primera vez en los diecisiete años de vida de la R.S.C.F.R.C.E. La causa del descenso de inscripcio- nes la atribuyen los dirigentes de la Canina al exceso de impuestos con que se había grabado la posesión de perros en el año anterior y esperaban poder recu- perar los números de antaño en 1929. El final de la década supone un aumento conside- rable en el número de inscripciones en el Libro de Orígenes Español, en gran parte gracias al efecto di- namizador de las mismas que supone la actividad cada vez mayor de la filial catalana, proporcionan- do un gran número de altas a través, fundamental- mente, de su exposición. 381 ejemplares recoge el Tomo XVIII del L.O.E. subiendo en 103 al anterior, cifra muy significativa atendiendo a la magnitud de nuestro libro. La Exposición de Barcelona de 1929 alcanzó la cifra de 442 participantes, algo nunca visto en España, contando además con grandes premios en metálico por un total de 26.550 pesetas. El Conde de Lérida y D. Javier Nanetti fueron los jueces españoles del evento, acompañados por los franceses Mr. Chate- lain y Mr. Pezet. Ese año se volvió a celebrar la Ex- posición de Madrid, pero sin observar un repunte en las inscripciones, al tiempo que se fundaba el Club Deportivo Galguero, formado por muchos de los principales aficionados a las carreras de galgos y que pretendía instaurar en España las carreras con liebre mecánica, al estilo del Greyhound Racing inglés. En 1930, el 2 de Abril, el Club Galguero celebra sus pri- meras carreras en Madrid con la presencia del Rey D. Alfonso XIII y gran afluencia de público, entre otras cosas por haberle sido autorizado oficialmente el establecimiento de apuestas mutuas. El Club De- portivo Galguero fue reconocido oficialmente como el organismo rector de todo lo concerniente a las carreras de galgos, tanto en pista como en campo, recibiendo el apoyo entusiasta de los dirigentes de la Sociedad. El 3 de Febrero de 1930, la Real Sociedad Central para el Fomento de las Razas Caninas en España re- cibe una carta de la Sociedad de Cazadores “La Ibi- cenca” en la que se solicita que al Podenco típico de las Islas Baleares se le deje de llamar indebidamente Podenco Mallorquín para ser llamado en adelante “Ca Eivissenc” o Podenco Ibicenco, por considerarse como originario de la isla de Ibiza, algo que fue ad- mitido tras los pertinentes informes del delegado de la Sociedad en Baleares, D. Alfredo Llompart. La Exposición de Barcelona volvió a celebrarse, aun- que casi con la mitad de participantes con respecto al año anterior, al tiempo que la de Madrid debía ser suspendida por razones de orden interior. El am- biente político en España estaba realmente revuelto y todo estaba impregnado con esta inestabilidad, no 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 87

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