Libro del Centenario RSCE

Francia y Bélgica. Según nuestra Canina esta raza es- taba originada, en realidad, en Habaneros cruzados que se vendían a los viajeros que fondeaban con los transatlánticos en el Puerto de Santa Cruz de Tene- rife por mercaderes locales, pero en modo alguno se les podía considerar como una raza pura. El Mar- qués de Arucas, delegado para Canarias de la Cen- tral, realizó las averiguaciones oportunas que, aún cuando no fueron argumentadas de manera muy sólida, sirvieron para sustentar la petición española de retirar el nombre inicialmente propuesto. Según informó, a finales del siglo XIX había estado muy en boga en la Isla de Tenerife un perro pequeño, blanco y de lanas abundantes que habría llegado acompa- ñando a las damas que regresaban de Cuba o de la Isla de Madeira después de haber estado allí estable- cidas por un tiempo. Estos serían los perros origina- les que darían lugar a los criados después para su venta a los turistas, pero no se podía asegurar que fueran naturales de Tenerife, ni que hubiera una po- blación establecida amplia, homogénea y genética- mente sólida. La Fédération Cynologique Internationale entendió que si había un organismo capaz de decidir acerca de la existencia o no de razas caninas en suelo espa- ñol, ese era la Real Sociedad Central para el Fomento de las Razas Caninas en España y, por consiguiente, impidió el registro de la raza con tal nombre, por lo que la Société Centrale Canine, de Francia y la So- ciété Royale Saint Hubert, de Bélgica, recibieron el encargo de redactar el estándar y tutelar la nueva raza que sería bautizada como “Bichon à Poil Frisé”, encuadrándose en el nuevo epígrafe de los Bicho- nes, dentro de los perros de lujo, que incluiría tam- bién a las variedades de Maltés, Habanero, Boloñés y Chien Lion. Acercamientos, éxitos y fracasos En 1928 la Real Asociación General de Cazadores y Pescadores de España elige un nuevo Presidente en la persona de D. José María Castelló, editor de la “Revista Cinegética Ilustrada”, quien aprovecha su presentación para hacer pública su intención de cola- borar estrechamente con la Real Sociedad Central en la consecución de sus fines y en cuantas actividades pudiese ser oportuno. El Conde de Lérida no perdió la ocasión para reunirse de inmediato con su homó- logo y cerrar así un capítulo de cierto alejamiento que se daba desde la fundación de la Sociedad. Mientras en Barcelona la Exposición Canina orga- nizada por la filial Real Sociedad Canina de Cata- luña en las instalaciones del Real Club de Polo iba afianzándose año tras año, contando cada vez con más ejemplares inscritos, algunos llegados incluso de Italia y Francia y teniendo un elenco de ilustres participantes y de trofeos dignos de los mejores cer- 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 85

RkJQdWJsaXNoZXIy ODA3NTk=