Libro del Centenario RSCE

que fue aplaudido desde nuestro país. Desde el fi- nal de la Primera Guerra Mundial eran muchas las Sociedades Caninas nacionales que no admitían la inscripción de ejemplares procedentes de Alemania, circunstancia que no empezaría a cambiar hasta la segunda mitad de la década. El Libro de Orígenes Español seguía aumentando su prestigio por su fiabilidad y rigor, siendo destaca- do en medios especializados internacionales como el “Our Dogs” inglés o la belga “Chasse et Pêche” y posteriormente por las revistas “L’Eleveur”, de Francia; “La Diosa Cazadora”, de Argentina, o las publicaciones españolas “La Caza” y “Revista Cine- gética Ilustrada”. Una de las cuestiones que preocupa a los dirigentes de la Canina de la época es el poco interés mostra- do en España por la recuperación y mantenimiento de las razas caninas nacionales e incluso la ausencia total de capacidad para asociarse en torno a Clubes y Sociedades Caninas que representen el interés de los aficionados a una o varias razas en distintos lu- gares de nuestro país. Comparado con el nivel aso- ciativo que se da en el extranjero, el de España es, por entonces, nulo, y tal y como se recoge incluso en la Memoria anual de la Sociedad, esto no deja de ser un serio lastre para el desarrollo de la cinofilia española. En nuestro país se sigue prestando gran atención a cuanto sucede en Inglaterra en materia canina, no obstante se trata del país con mayor tradición y peso de la cinofilia mundial. Además de las exposiciones y de la intervención del Kennel Club como autori- dad pericial ante la Justicia, se da cumplida cuen- ta de lo que sucede en la temporada de “Coursing” (Carreras de galgos) tan arraigadas y con tanto se- guimiento social. Se comparan con las nuestras, más modestas, pero igualmente interesantes y con ejem- plares que podrían competir a nivel internacional. Tal vez la más importante de las carreras de galgos españolas sigue siendo la “Copa La Ina”, organizada por la Sociedad del mismo nombre, patrocinada por la conocida familia Domecq, de Jerez de la Fronte- ra. Aún no se dan en España las carreras en Canó- dromos, corriéndose la liebre en campo abierto, tal y como se ha hecho desde tiempos medievales. De hecho, el “Greyhound Racing”, o carreras de galgos utilizando liebres mecánicas, no aparece en el pano- rama internacional hasta 1926, cuando se populariza en los Estados Unidos en virtud de la campaña reali- zada por algunas asociaciones de protección animal en contra del uso de liebres vivas. El éxito fue tal que las carreras empezaron a necesitar pistas espe- ciales y recintos donde acoger al numeroso público asistente. En Inglaterra, a finales de la década, el “greyhound racing” amenazaba con terminar inclu- so con el fútbol y muchos estadios fueron vendidos para su reconversión en canódromos, incluyendo el 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 71

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