Libro del Centenario RSCE
ciones de galgos más importantes de Europa, tanto por la calidad de los participantes, como por la im- portancia de los premios y la cuantía de las apuestas generadas en ella. La Real Sociedad Central, preocupada no sólo por el mejoramiento de las razas caninas puras, sino tam- bién por el bienestar general de los perros en nuestro país, participa activamente en intentar erradicar el uso de la estricnina como sistema de control de los perros abandonados, personando a sus Delegados ante las autoridades municipales pertinentes para tratar de hacer ver lo inhumano y peligroso de dicho método, en franco desuso en el resto de Europa. Es curioso, por insólito, leer en un Acta de Asam- blea de la R.S.C.F.R.C.E. un comentario negativo ha- cia una raza canina. Tal circunstancia se da en la de Enero de 1922 cuando, al hablar del éxito de la últi- ma Exposición de Madrid, se menciona el desagra- do que produce la gran cantidad de Pomeranias de tamaño mediano presentes en la misma, hasta “un número que resulta insoportable”, esperando, inclu- so, que se trate de una simple moda y que las damas encuentren otros compañeros “que reúnen muchos más títulos” para merecer tal atención. Los ¿felices? 20 En 1922 la Real Sociedad Central para el Fomento de las Razas Caninas en España cambia el sistema de inscripción en el Libro de Orígenes Español, in- cluyendo en el Tomo sólo a los ejemplares inscritos en los últimos diez años y no todos los que lo habían sido desde la creación del libro. El motivo es adelan- tarse a la imposibilidad que supondría hacer aquello una vez que la relación continuase con su imparable crecimiento. En Francia, para tratar de solventar el mismo pro- blema, se había decidido volver a empezar con la numeración desde el 1 a partir de 1921, algo que a los responsables de la R.S.C.F.R.C.E. no les parecía muy operativo pues podía inducir a confusión en los registros y en la confección de genealogías. El final de la Primera Guerra Mundial trajo como una de sus consecuencias una fuerte ola de anti- germanismo en todo el mundo, teniendo incluso su reflejo en el mundo de la cinofilia, con la adop- ción general de denominaciones como “Pastor Al- saciano” o “Gran Danés”, para evitar la inclusión del término “Alemán” en sus nombres. La cinofi- lia alemana quedó prácticamente laminada, recha- zada del concierto internacional y dividida en tres asociaciones diferentes que se disputaban la consi- deración de Sociedad Directora. Se llegó incluso a cuestionar el origen del Braco Alemán, algo contra lo que algunas Sociedades Directoras se levantaron, entre otra la española a través de diversos escritos o la misma Société Centrale Canine de Francia quien también terminaría admitiendo la doble denomina- ción de “Pastor Alsaciano o Alemán”, en un gesto 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 69
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