Libro del Centenario RSCE
estado canino del país, sin necesidad de ningún otro antecedente, apreciándose si nuestra especialidad prospera o no...” El libro de registros nacional empieza a ser conocido y reconocido en el exterior, al punto que merece los comentarios más favorables en algunas de las pu- blicaciones especializadas existentes en el extranje- ro, como es el caso de los periódicos “Our Dogs” y “Dog World”. Algunos aficionados españoles se esfuerzan en me- jorar la calidad de sus productos importando ejem- plares excepcionales, como es el caso de “Mallwyd Stella”, una hembra de Pointer laureada en las ex- posiciones inglesas y que, adquirida por D. Manuel Cañedo, es inscrita en el L.O.E. con el número 1907. Siguiendo en el afán de contar con la mayor infor- mación posible al servicio de los aficionados, la R.S.C.F.R.C.E. ha ido adquiriendo los libros de re- gistros de otros países hasta completar una valiosí- sima colección, recurriendo para ello a los amigos que se tienen en las diferentes sociedades directo- ras, en ocasiones, al buen hacer de algún socio, en otras, e incluso a la búsqueda de volúmenes sueltos y colecciones de particulares a través de anuncios y subastas. Lamentablemente, gran parte de todo ese fondo bi- bliográfico desapareció con los avatares del tiempo y en la actualidad no es posible disfrutar de tan pre- ciado material documental. Uno de los hechos que más satisface a los directi- vos de la Sociedad Canina a principios de 1922, es poder comunicar a los socios el estado de total recuperación de la raza Perdiguero de Burgos, ca- paz ya de competir con cualquier raza similar del extranjero. Se da por supuesto que dicha recupera- ción se debe, en gran medida, a la acción tutelar de la R.S.C.F.R.C.E. y al gran impulso que ésta ha dado a la cinofilia nacional en sus diez años de existencia, a pesar de que el camino por recorrer para alcanzar el nivel de desarrollo de otros países es aún largo y no poco dificultoso. Una nueva sociedad afiliada, “El Lebrel Carmonen- se”, entra en escena en 1921 organizando dos carre- ras de galgos y dando muestra así de que esta es- pecialidad es importantísima en nuestro país y está fuertemente consolidada. El gerente de dicha Socie- dad es el Barón de Gracia Real, personaje que tendrá una activa participación en la vida cinófila de los próximos años y reputado criador y propietario de galgos corredores, alguno de los cuales le reportaría triunfos inolvidables. También se celebran la Copa de Algete, en los terrenos propiedad del Duque de Alburquerque y el Campeonato de Carreras de Gal- gos de España en Jerez de la Frontera, organizado por la Sociedad “El Coto de la Ina”, al frente de la cual está la familia Domecq. La Copa La Ina es, ya por entonces, considerada como una de las competi- 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 67
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