Libro del Centenario RSCE
La Ina y Algete. Habida cuenta de la importancia que en la Gran Guerra habían tenido los perros utilizados como auxiliares de los Ejércitos, la Real Sociedad Central había dirigido varios escritos, desde 1916, a las auto- ridades competentes por si tuviesen algún interés en el asunto. En Febrero de 1918, D. Valeriano Weyler, Capitán General y Jefe del Estado Mayor Central, se puso en contacto con la Canina para conocer cuáles eran las razas que pueden ser utilizadas en caso de guerra en diferentes servicios, especialmente en el sanitario. Se reconoce la autoridad de la Sociedad en la materia y se le insta a que nombre un Delegado para que trabaje en el proyecto junto con otro del Estado Mayor. D. César Martínez, Secretario de la Sociedad Central y Capitán de Infantería, es nom- brado a tal efecto, siéndolo por parte del Estado Ma- yor el Capitán de Artillería D. Enrique Montón. En Abril de aquel año presentan la redacción inicial del llamado “Proyecto de bases iniciales para la organi- zación del empleo de perros en los Servicios Nacio- nales en tiempo de guerra”, nombre verdaderamen- te largo pero al tiempo muy descriptivo de lo que se estaba desarrollando. Ese mismo mes se confirma el interés que han sus- citado las misivas de la Real Sociedad Central y los reportajes aparecidos en Prensa sobre perros de ser- vicio y el Director General de Seguridad pide que se le informe de si hay alguna raza de las idóneas para el servicio de guerra que pueda ser utilizada también en labores policiales. En otro orden de cosas, la Exposición de Madrid se vuelve a celebrar en el Retiro y es ganada por el Po- inter “Alí de la Frontiere”, quien suma su segundo Certificado de Campeonato y es proclamado Cam- peón de España. En esa misma exposición se cele- bran, por primera vez, unas Pruebas de Utilidad, di- rigidas, al igual que el entrenamiento de los perros participantes, por Mr. Charles Laforgue, antiguo profesor de la Escuela de Perros Policía de París. El Ministerio de la Guerra donó una copa de plata para el vencedor de las pruebas y fue atribuída a Whisky, “Berger Alemán” del Marqués de Valdefuente. En 1919 se celebran nuevos concursos caninos fuera de Madrid, como el de Barcelona del Turó Park, or- ganizado por las Damas del Ropero del Rosario, otro en Segovia y, por fin, la II Exposición de Valladolid. En enero de 1922 se publica el décimo tomo del L.O.E. y D. Javier de Beránger escribe en su intro- ducción que con él parece quedar consolidada una Sociedad que también cumple sus primeros diez años de vida. Se sigue considerando al Libro de Orí- genes Español como la base sobre la que edificar la cinofilia nacional y se han superado no pocas vicisi- tudes, no siendo la Guerra europea la menor de ellas. Se trata, en palabras del propio Vicepresidente de la entidad, de “la herramienta perfecta para calibrar el 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 65
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