Libro del Centenario RSCE

criadores e incluso expositores con mucho éxito, dentro y fuera de nuestras fronteras. Antecedentes La primera noticia escrita acerca de una Exposición Canina en Madrid, nos llega a través de una reseña en el semanario “Blanco y Negro” del 24 de Mayo de 1891, en el que se cuenta como la ciudad se llenó de carteles de protesta contra los premiados por el Jurado, algo muy parecido a lo sucedido en algunos distritos de la ciudad con los Diputados elegidos para Cortes. Esta Exposición se celebró ya en el Parque del Retiro, emplazamiento que habría de ser el tradicional has- ta mediada la década de los 90 del siglo XX, cuando la falta de espacio y las dificultades de acceso obli- garon a buscar nuevos recintos. También la fecha de ésta primera y de posteriores exposiciones, deja muy a las claras la estrecha vinculación que mantu- vieron en su origen con las Fiestas Patronales de San Isidro. En 1904, otra vez el Blanco y Negro publica un re- portaje fotográfico de la Exposición celebrada en el Jardín de las Tullerías de París y se recuerdan las ce- lebradas en Madrid y que parecen haber caído en desuso. Ese mismo año, el diario ABC había hecho una intensa campaña buscando la promoción de las Fiestas de Madrid como foco de atención para los visitantes de la ciudad y se apenaba de que iniciati- vas como las Exposiciones Caninas, que tanto inte- resaban a los extranjeros, más acostumbrados por su cultura a tales acontecimientos, hubieran visto como terminaban fracasando y dejando de celebrarse. A pesar de que durante unos años desaparece toda mención a concursos caninos en la ciudad, de tanto en cuanto se mencionan las celebradas en otros paí- ses, casi siempre para contar alguna anécdota de un millonario americano o británico o de miembros de las cortes europeas envueltos en este pasatiempo. La aparición de los perros en la prensa, en los prime- ros años del siglo XX, suele ser para tratar el proble- ma de las epidemias de rabia, o hidrofobia, su con- trol, o para dar cuenta de noticias relativas a perros adiestrados para la guerra en Francia, Alemania o Inglaterra, o de los premios otorgados a los perros de pastor en la Feria Nacional del Ganado. De todas formas, la afición por los perros de raza, aunque seguramente pequeña, existía en nuestro país desde hacía años, como lo prueban los anun- cios que en la prensa ponían grandes criaderos, so- bre todo del centro de Europa, que podían servir a los aficionados ejemplares de casi cualquier raza y que contaban incluso con catálogos ilustrados de las mismas que remitían contra reembolso o edita- ban manuales acerca de la crianza, manutención y educación de los perros. Es paradójico como cien 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 35

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