Libro del Centenario RSCE
en 1911. El entorno era ideal para una exposición pe- queña, social, abierta a la posibilidad de que la visi- tasen los aficionados y los ocasionales paseantes del parque, pero estaba claro que el crecimiento de la muestra, así como la presencia cada vez mayor de expositores venidos de todas partes de España y del extranjero provocaban serios problemas de tráfico, aparcamiento y organización. La situación llegó al punto de provocar la total ne- gativa del Ayuntamiento de Madrid a autorizar la celebración de la exposición, lo que implicó, en 1995 a la necesidad de buscar un nuevo emplazamiento, hecho que se vio agravado por la premura de tiem- po y la imposibilidad de contar con ninguno de los recintos feriales de Madrid. De tal manera, en 1995, por primera vez en casi ochenta años, la Exposición de Primavera, la de San Isidro, la del Retiro, como se conocía a nivel popu- lar, se lleva a cabo fuera de Madrid, concretamente en Collado-Villalba, en el Polideportivo Municipal de la localidad serrana. Aquella exposición es recor- dada muchos años después por quienes asistieron a ella, no por su brillantez sino por la climatología, caprichosa primavera, que regaló a los participantes un día de calor bochornoso y otro de lluvia torren- cial, algo, lógicamente, que ni el mejor gestor podía tener previsto. En 1996 la Exposición de Primavera se celebró en el Recinto Ferial Juan Carlos I, pero dicha ubicación fue sólo provisional debido al elevadísimo costo que suponía el alquiler. La Exposición de Otoño se siguió celebrando en su emplazamiento habitual de la Casa de Campo y a partir de 1997 también se celebraría allí la de Prima- vera. En poco tiempo se pasó de las exposiciones de poco más de mil perros a superar ampliamente los dos mil. El crecimiento se mantuvo imparable y en la Ex- posición de Otoño de 1998 se superó la mítica cifra de 3.000 ejemplares inscritos, algo nunca conseguido a no ser en alguna de las dos Exposiciones Mundia- les celebradas en España. Nuevas tecnologías Con la entrada del nuevo Comité en Septiembre de 1992, se afrontó la imprescindible informatización de la Sociedad Canina, imprescindible para mane- jar un volumen de registros que se acercaba rápida- mente a los cien mil nuevos perros anuales. La tarea no era fácil y a lo largo de varios años se invirtió buena parte de los ingresos en dicha tarea, logrando en pocos años situarse en la vanguardia del manejo de los registros oficiales, algo imprescindible en una cinofilia moderna e internacionalizada. Atrás quedaban los tiempos de los apuntes a mano, 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 179
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