Libro del Centenario RSCE
En Septiembre de 1992, con los ecos recientes del éxito de la Mundial de Valencia aún en los oídos de muchos, se celebró en el Hotel Aulas, de Madrid, una Asamblea General Extraordinaria que resultó convulsa y que terminó con la elección de un nuevo Comité de Dirección. En palabras de algunos medios de comunicación de la época, D. Valentín Álvarez no supo retirarse a tiempo y se vio abocado a una salida forzosa del cargo que ocupaba desde 1979. En los últimos años antes de 1992 se había impuesto un férreo control en el sistema de admisión de nue- vos socios, lo que era fuente de continuas críticas pues se veía en esta política un intento de controlar la situación ante la oposición que se palpaba en el ambiente canino. De hecho, una de las primeras me- didas del nuevo Comité, encabezada por su Presi- dente D. Manuel Martín Rodríguez, fue la de abrir la admisión para todos aquéllos que lo habían estado solicitando, respondiendo así a una demanda que lo que buscaba, en realidad, era traducir en número de socios de la Central la creciente afición cinófila es- pañola. Los primeros meses del nuevo Comité no fueron, lo que se dice, aburridos. Los cambios suelen ser trau- máticos, máxime cuando se producen de forma ines- perada y hubo que empezar a adaptar una serie de estructuras que se habían quedado obsoletas, ajustar presupuestos, cuadrar cuentas, auditar el estado de las mismas y, todo ello, sin dejar de mantener la ac- tividad diaria y los compromisos adquiridos, espe- cialmente con los aficionados de todo el país. A principios de 1993 D. Manuel Martín presentó a los socios un detallado informe acerca del estado económico y financiero de la Canina Central, basado en las conclusiones de una auditoría oficial encarga- da al efecto. Durante años, la Real Sociedad Canina de España se había estado rigiendo por criterios de gasto y control poco rigurosos, lo que hacía impres- cindible abordar un proceso de modernización en todos los aspectos, desde la gestión documental, con una informatización profesional definitiva dotando al personal empleado de los medios adecuados a los tiempos que corrían, hasta una política económica, contable y financiera eficaz y coherente que, por en- cima de todo, contribuyese a salvaguardar el patri- 9 capí- tulo 1992-2004: entrada definitiva en la modernidad 175
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