Libro del Centenario RSCE

dad durante sus primeros 25 años. En un primer momento se ofreció el cargo al Duque de Medina- celi, pero éste rechazó amablemente el mismo en virtud de sus muchas ocupaciones. La Canina, que volvía a utilizar su denominación de Real desde que recibiese la pertinente autorización oficial el 18 de Septiembre de 1941, encuentra a su nueva figura de referencia en el Duque de Arión, a quien se elige por unanimidad en la Asamblea General del 5 de Mayo de 1942. El Duque de Arión era uno de los primeros socios de la asociación y había sido siempre un colabora- dor fiel de su amigo el Conde de Lérida y un gran impulsor de las actividades cinófilas, especialmen- te de las carreras de galgos. Pero lo cierto es que, a pesar de su agradecimiento por el cargo y su buena voluntad, tanto sus obligaciones como su delicada salud hicieron que durante su corto mandato apenas compareciese a las reuniones del Comité, teniendo en la figura de su Vicepresidente, el Conde del Zene- te, al verdadero motor de la Sociedad durante esos difíciles primeros años de la posguerra. Arión dirige una carta oficial a la Canina, fechada el 5 de Enero de 1944, presentando su dimisión, extremo que fue re- chazado por sus compañeros de Comité, quienes se comprometieron a ofrecerle toda la ayuda necesaria para el desempeño de su cargo. Apenas un año más tarde, el 30 de Abril de 1945, el Duque de Arión vuel- ve a presentar la dimisión, esta vez, en atención a su delicado estado de salud, y nuevamente es rechaza- da por el resto del Comité, repitiéndose la petición, de manera definitiva, en Enero de 1946, siéndole en- tonces aceptada, con gran dolor por parte de todos sus compañeros. A esta debilidad en el liderazgo del Duque de Arión se une la situación planteada con D. César Martínez, Secretario de la Canina desde su fundación y uno de sus principales impulsores, quien desde el final de la guerra viene desatendiendo sus funciones, no acu- diendo a casi ninguna de las reuniones del Comité, lo que motiva a que se inste a dos de sus miembros a entrevistarse con él antes de tomar otras medidas. La autorización definitiva para el funcionamiento ordinario de la Real Sociedad Central Canina llega- ría el 21 de Junio de 1943, cuando la Jefatura Supe- rior de Policía de Madrid da traslado de la Orden pertinente del Ministerio de Gobernación. Para ello, había sido necesario reformar los Estatutos de la So- ciedad, incluyendo la obligación de depositar una copia oficial del L.O.E. en el Ministerio de Agricul- tura e incluir a un miembro designado por éste en la Comisión del Libro de Orígenes. Cataluña vuelve con fuerza En otro orden de cosas, la normalidad se había ido instalando poco a poco en la vida social de todo el 1911-2011, R.S.C.E.: Cien años de selección y mejora 103

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