Libro Razas Españolas
ninguna otra raza, debido a su peculiar modo de cacería donde un grupo de perros baten el monte, y al detectar o mostrar uno de ellos la pieza el resto actúan muy compenetrados sabiendo instintivamente cada uno su función: rodean los matorrales, las zarzas o los májanos, para así poder cortar el paso del conejo, cerrar la salida natural o vía de escape, evitando la posible huida. Acechan a la presa en su salida y lo ponen a tiro del conductor. En la caza de pluma es muy acertado, siendo utilizado principalmente para la perdiz y codorniz, donde en numerosas ocasiones hace una muestra perfecta, como si se tratase del mejor perdiguero. Además, también se utiliza en los puestos para el cobro del zorzal, la tórtola y la paloma. Se muestra como un excelente auxiliar debido a que realiza siempre un cobro perfecto, inmejorable, independientemente del terreno donde se encuentre. También puede ser utilizado como cobrador de todo tipo de anátidas en el agua, ya sea marismas, pantanos o ríos. Otra utilidad que presenta dentro de la caza menor es la de "Quitaor", bien en las recovas o bien acompañando las colleras de galgos en la caza de la liebre. Esta función la lleva a cabo normalmente un Podenco Andaluz de Talla Grande, pero sin descartar ni la Talla Media ni tampoco la Chica, ya que para esta tarea se requiere al perro más fuerte, al más respetado entre ellos, al líder del grupo, y si la recova sólo la forman ejemplares de la Talla Media o Chica, uno de ellos siempre resalta por esta función. De este perro se dice que es "de vientos altos y que va derecho a las piezas", pero si en el terreno donde nos hallamos existe mucha caza, no tiene tiempo de levantar y seguir las piezas sino que se dedica exclusivamente a cobrarlas y arrebatarlas del resto de compañeros para así entregarlas a su dueño. Cuando hablamos de la caza de liebre con galgos el único quitaor posible es el Podenco Andaluz de Talla Grande, pues un perro de su porte es el que puede imponerse a los galgos. Normalmente las piezas son perseguidas por cuatro o cinco galgos, y es totalmente imprescindible la presencia de uno de estos Podencos para evitar que los galgos dañen la pieza, la estropeen o incluso la devoren. En muchas ocasiones, el quitaor con sólo gruñir a sus compañeros a larga distancia es suficiente para que estos la dejen en sus manos. En caso contrario el Podenco Andaluz tendrá que imponer su dominio, mostrando sus armas e incluso llegando a la pelea. Por otra parte, si entramos a describir específicamente este trabajo diremos que, primeramente se encargan de localizar las piezas, levantarlas del encame y proceder su persecución. Acto seguido se sueltan los galgos que corren tras la liebre hasta hacerla presa. Normalmente una carrera de galgos puede alejarse varios kilómetros, perdiéndose de la vista de los galgueros, y una vez más, la ayuda del quitaor es inestimable. Pero si la liebre escapa y se refugia en alguna cobertura, el podenco entra de nuevo en acción volviendo a levantar dicha pieza para ponerla a disposición de los galgos. Esta acción se repite una y mil veces hasta que los galgos hacen presa la liebre. Entonces el quitaor la cobra y entrega a su dueño. Caza Mayor Al hablar de la caza mayor, hemos de referirnos obligatoriamente a las monterías con rehagas, entendiendo como tal un conjunto de perros que guiados por un podenquero son capaces de resolver sobre el terreno la búsqueda, levante, persecución, acoso y agarre de las reses. El afán cazador, su atención, su forma de latir corriendo, su agilidad en los quiebros y recortes, su resistencia al subir y bajar por peñascos y en atravesar la espesura y recortes, su resistencia al subir y bajar por peñascos y en atravesar la espesura del monte, hacen que el Podenco Andaluz sea el protagonista de cualquier rehala. La estructura clásica de una rehala tiene como principal componente al Podenco Andaluz de Talla Grande, de Pelo Duro y Largo, Las razas caninas españolas - Spanish canine breeds 224
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